Oración de liberación.
Te pido Padre Celestial, que en el nombre de Jesús de Nazaret y por su preciosísima sangre, ato, ligo y encadeno ahora mismo el poder de toda potestad y todo principado maligno que tenga autoridad sobre mí, sobre mí ciudad, mí hogar, mí esposo, mis hijos, sobre mi familia, sobre mí comunidad, sobre mí iglesia y el lugar donde laboro.
Te pido Padre Celestial en el nombre de Jesús que envíes a tus Santos Ángeles y huestes Celestiales para batallar contra las fuerzas malignas y desalojarlas de sus posesiones.
En el nombre poderoso de Cristo Jesús, ato, ligo, quemo, traspaso y encadeno el poder de todo demonio que Satanás me haya asignado para impedir que alcance mi potencial como hijo (a) de Dios. Les ordeno ahora mismo a estos demonios en el nombre de Cristo Jesús que quedan atados, ligados, quemados, traspasados y encadenados y sin ninguna clase de poder. Los echo de mí vida, de mí ciudad, de mí iglesia, de mí familia, de mí hogar, del sitio donde laboro, por donde camino, para que queden lejos y se devuelvan al lugar que les corresponde y los lance a los más profundos abismos.
En el nombre de Cristo Jesús y con el poder del Espíritu de Dios, por el poder de la sangre Cristo, ato, ligo, quemo, traspaso y encadeno todo espíritu de pobreza, ruina, miseria, escasez, deudas, enfermedades y todo espíritu que impida recibir las bendiciones en mí ser integral y las cosas materiales que Dios quiere que mí familia y yo tengamos. En el nombre poderoso de Cristo Jesús les ordeno ahora mismo retirarse, salir de mí vida, de la de mí familia, de la mis hijos y mis seres queridos. En el nombre de Cristo Jesús quedan atados, ligados, quemados, traspasados y encadenados todos los poderes de los demonios que me impiden trabajar los dones del Espíritu Santo.
Te ordeno Satanás que quites tus imanes de mí dinero, de mis bienes, de mí trabajo, de mí hogar, de mis negocios, de mí familia, y de mí vida. En el nombre de Cristo Jesús ordeno que cualquier espíritu de ruina, deuda, enfermedad; sea destruido, ahora mismo los arrojo y los expulso de mí vida, de mí familia y de mí trabajo.
En el nombre de Cristo Jesús les ordeno que abandonen esta posesión sin hacer daño a nadie y que jamás regresen aquí, PORQUE ÉL DUEÑO DE MI VIDA ES CRISTO JESÚS, que son su preciosa sangre me cuida y me protege al igual que a mi familia. Ahora desato las bendiciones y te pido Padre Celestial abrir las ventanas de los cielos y derramar tus bendiciones sobre mí vida, la de mis hijos, mi esposo, mi casa y mi empleo. Esto te lo pido a ti Padre Celestial en el nombre bendito de Cristo Jesús con el poder del Espíritu Santo.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario