Segundo día
Hoy, tráeme a los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelos en mi misericordia insondable. Fueron ellos los que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellos, como a través de canales mi misericordia fluye hacia la humanidad.
Jesús misericordioso de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.
Padre eterno mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a los sacerdotes y a los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual se encuentran, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros por el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas de tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos.
Amén.
(Se reza la coronilla).
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