« Piedad, Señor, que estoy en peligro; líbranos de
los enemigos que me persiguen, Señor, que no me
avergüence de haberte invocado. »
(Sal 30, 10. 16. 18)
los enemigos que me persiguen, Señor, que no me
avergüence de haberte invocado. »
(Sal 30, 10. 16. 18)
« Jesús, cargado con nuestros pecados, subió al leño,
para que, muertos al pecado, vivamos la justicia. Sus
heridas nos han curado. »
(1 Pe 2, 24)
para que, muertos al pecado, vivamos la justicia. Sus
heridas nos han curado. »
(1 Pe 2, 24)
ORACIÓN
Perdona las culpas de tu pueblo, Señor, y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado, al que nos ha sometido nuestra debilidad. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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