« Pelea, Señor, contra los que me atacan, guerrea
contra los que me hacen guerra; empuña el escudo
y la adarga, levántate y ven en mi auxilio, Señor
Dios, mi fuerte salvador. »
(Sal 34, 1-2, Sal 139, 8)
contra los que me hacen guerra; empuña el escudo
y la adarga, levántate y ven en mi auxilio, Señor
Dios, mi fuerte salvador. »
(Sal 34, 1-2, Sal 139, 8)
« No me escondas tu rostro el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí, cuando te invoco,
escúchame en seguida. »
(Sal 101, 3)
ORACIÓN
Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y, con la fuerza de la pasión de tu Hijo, levanta nuestra débil esperanza. Por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
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