El amor que transforma

Sólo existe un camino hacia la perfección y es la oración. Si alguien indica otra dirección, entonces te está engañando.

Santa Teresa de Ávila.

Tenía tan sólo nueve años cuando aprendí mi primera lección de filosofía, gracias a un prestidigitador que asistió a la fiesta de cumpleaños de mi amigo. Fui escogido para revisar el interior de su sombrero de copa y comprobar que no hubiese nada en él; pero luego lo llenó con pañuelos de seda, banderas y ramos de flores.

Cuando le dije a mi padre lo que había visto, me dijo que no era posible que hubiese sacado algo a partir de la nada; si no había nada en el sombrero entonces nada podía haber salido de él. O bien, había algo escondido dentro de él y yo no lo había visto, o bien, el mago tenía algo escondido bajo su manga. Mi padre no era un aguafiestas, simplemente estaba tratando de enseñarme algo que nunca he olvidado: "Algo" no puede salir de la "nada". El "Bing Bang", por lo tanto, o lo que sea que haya hecho que el universo exista, no puede haber sido precedido por la nada; tuvo que haber sido precedido por algo.

Sin importar cuán sofisticado sea, "algo" no pudo ser lo que produjera la forma de energía más grande, que es el amor. Lo que sea que haya sido responsable de la creación, por lo tanto, debe ser "alguién", porque sólo una persona puede producir amor. El amor no puede provenir de "algo", más de lo que "algo" no puede provenir de "nada".

Es por eso que el Evangelio afirma, con total claridad, que Dios, en quien y por quien todas las cosas fueron creadas, es amor. Eso es exactamente lo que Él fue, lo que es y lo que hace. Así que pienso que sería más indicado decir que Dios no es tanto "amor", sino "amor en permanente acción". El Evangelio es la historia de cómo este amor en permanente acción penetró de manera progresiva la naturaleza humana de Jesucristo. La fuente de su seguridad y fortaleza interior fue la experiencia tangible de ser amado por Dios; esto hizo de Él la persona más perfecta y encantadora que ha camindo por esta tierra. Su propósito primordial en la vida fue contarle a todos de dónde provenía el amor que lo animaba y luego mostrales cómo recibirlo y experimentarlo por sí mismos, transformandolos en seres humanos incluso más perfectos. La oración es la palabra utilixada para describir cómo una persona decide libremente volverse hacia a Dios para recibir y luego asimilar su amor, hasta que éste nos una a Él. Ésta es la única manera en la que el precepto del Evangelio puede se observado, para ser perfectos como Dios es perfecto.

(Todos los derechos reservados a David Torkington)